Han venido a conquistarnos, ¿quieres ser uno de ellos?
Este es tu disfraz. Prepárate a luchar y forma un gran ejército, eso sí necesitarás prepararte bien para la batalla. El disfraz se compone de vestido con armadura, el vestido es rojo con algunos bordados en color oro con armadura en marrón y grandes bordados en oro. Lleva también brazaletes en color oro con unos rubís. Incluye la capa en rojo y larga y el casco para la cabeza con una gran pluma. Es el típico centurión sacado de los videojuegos. En el Arde Lucus serás un conquistador nato.
El centurión romano (en latín, centurio y en griego hekatontarchos) es el rango que ha recibido una mayor atención por parte de los estudiosos del ejército romano.
Se trata de oficiales con un mando táctico y administrativo, siendo escogidos por sus cualidades de resistencia, templanza y mando. Comandaban una centuria, formada por 80 hombres, en función de las fuerzas en el momento dado y de si la centuria pertenecía o no a la Primera Cohorte (Agrupación), cada Cohorte esta formada por 6 centurias excepto la primera cohorte que tiene 5 centurias pero el doble de hombres en cada una de ellas.
Pese a lo que se suele pensar, su nombre no procede de que en un principio constase de cien hombres, ya que es anterior al propio rango de centurión, sino que deriva de la propia centuria, unidad administrativa y política que en Roma tenía su propia vertiente civil. De hecho, la centuria en sí nunca adoptó un tamaño de cien hombres, sino que en época republicana osciló entre los treinta de una centuria de triarii (triarios) y los sesenta de los hastati y príncipes (lanceros y principales). Hacia finales del siglo II a. C., la centuria pasó a contar con unos ochenta hombres, cifra que se mantendrá a lo largo del Alto Imperio (siglos I-III), teniendo, así, la Legio Augustea sesenta centurias de ochenta hombres que hacían un total de cuatro mil ochocientos hombres. Más adelante, hacia la época Flavia, la primera cohorte duplicará los efectivos de sus centurias, pero se reducirá el número de las mismas a cinco, con lo que la legión contará ahora con cinco mil ciento veinte hombres de armas.
El grueso de la legión era dirigido por los centuriones, ya que cada cohorte contaba con seis de ellos para dirigir cada una de sus seis centurias. Cada uno de estos centuriones se acomodaba, dentro de cada cohorte, a una estricta jerarquía. Ésta, en orden ascendente, es: un hastatus posterior, un hastatus prior, un princeps posterior, un princeps prior, un pilus posterior y un pilus prior. Este último puede haber actuado, de facto, como comandante de la cohorte al completo en función de su veteranía. Por otro lado, esta estructura se altera en las primeras cohortes desde época Flavia, ya que sólo existen cinco centuriones, los primi ordines, de los que el primus pilus es el más valorado. Lo normal es que tras un año ejerciendo tal cargo, el primipilo lograse ser ascendido al ordo equestris. A mayores legiones, pueden existir más centuriones de lo que es habitual, y ello se debe a la presencia de veterani o supernumerarii que, si bien no ejercen un mando militar efectivo, sí tienen encomendada una función administrativa.